Ubicada dentro del pasillo de una antigua casona de Palermo, una caja de zapatos impide que el viento abra la puerta del taller de Sylvie Geronimi y dé paso a cualquiera. Sin embargo, años antes de convertir a ese inmueble en su laboratorio de diseños de lujo, la hija de padre francés y madre argentina nacida en Malasia había recorrido el mundo, y luego de estudiar en París, eligió a Buenos Aires como la ciudad en la emprender su propio negocio de calzado artesanal. Dos décadas después, celebridades como Karina Mazzoco, Mónica Gutiérrez y Erica Rivas visitan con frecuencia su local en Recoleta, y Roberto Petinatto y Araceli González confían a la diseñadora la creación de sus pares de zapatos más especiales.
En una charla con Mujeres que hacen, Geronimi revela cómo y por qué decidió asentar su marca en en Argentina y habla sobre su trayectoria y el mercado local.
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