ASOCIACIÓN
DE MUJERES
FRANCO-ARGENTINAS
ASSOCIATION
DE FEMMES
FRANCO-ARGENTINES
Prensa

"Ser inmigrante, una historia que merece ser contada", Eve Grynberg en Clarin

Octubre 5, 2012


Llegó hace 17 años de París tras un divorcio y con una hija. Aquí armó otra familia y una vida laboral. Pese a todo asegura que el enemigo de la integración es la nostalgia.

Nací en París, viví cerca de la Torre Eiffel y me licencié en Administración de empresas. Trabajaba para un grupo de prensa femenino, siempre en contacto con la moda, la belleza, la alta gastronomía, el lujo... Todo era un sueño pero aun así, no dudé en venir y radicarme en Buenos Aires hace ya 17 años. Divorciada, con ganas de viajar y acompañada de mi hija Elsa de sólo siete años llegué como turista sin hablar una palabra de castellano.

¿Por qué Argentina? Tenía primos y los quería visitar, pero el amor, sin avisar, volvió a tocar a mi puerta… El elegido: Claudio Finkelsztein, un médico porteño con quien me casé y con quien tuve a mi hijo Pierre.

Podría elegir sólo hablar maravillas sobre Buenos Aires. Realmente, amo esta Ciudad y la simpatía, energía y creatividad de sus habitantes. Igual me parece interesante aprovechar la oportunidad para sensibilizar a los lectores sobre el estado de ser “inmigrante”.

Por supuesto mi historia es lindísima porque me enamoré, pero es aún más profunda a nivel humano. Inmigrar me permitió entender mucho más a la gente, a las colectividades. Entender a fondo a todos los que tuvieron que dejar su país por razones mucho más dramáticas que la mía como cruentas guerras, persecuciones religiosas, raciales o políticas. No es fácil cambiar, dejar tu patria, dejar la familia y los recuerdos de la infancia.

Yo lo hice dentro de un contexto idílico, con gente dedicada a facilitar mi integración y mi bienestar. No obstante, el enemigo de la integración es la nostalgia. No hay que acordarse de todas las cosas buenas de “allá”porque sino uno se pone triste. Hay que saber olvidar algunas y cada tanto hablar de ellas con los hijos para “transmitir” la identidad y la historia.

Todavía hablo con un acento pronunciado pero créanme no es por rechazo del idioma. Quizá inconscientemente lo hago para preservar mi identidad.

Ser inmigrante implica integrarse sin perder la historia y la personalidad. Y hay que agradecer al país que te abre sus puertas. Argentina es históricamente un verdadero país de inmigrantes y en mi caso me resultó muy fácil encontrar mi lugar aquí. ¡Lástima que queda a 11.000 kilómetros de la casa de mis padres!

Después de 17 años aquí me hice muchos amigos. Construí una red de contactos profesionales y reconozco que ser francesa facilitó mi integración. Realmente, existe un vínculo de mucho amor entre ambos países.

Siendo especialista en marketing e imagen trabajé muchos años en empresas francesas instaladas en Argentina, para luego trabajar en firmas locales. Pero hace tres años armé con una socia argentina una agencia a la que llamamos “Marketing de autor”.

Uno de mis orgullos es ser la productora y coordinadora de la semana “Viví Francia en Buenos Aires”. Este año se realizará la cuarta edición durante la tercera semana de septiembre. Una movida extensa con más de 100 actividades que van desde los negocios, la gastronomía, la moda y la decoración hasta la música, el cine y el idioma. Todo con el aval de la Cámara de Comercio e Industria franco-argentina y apoyada por la Embajada de Francia y el Gobierno de la Ciudad.

A mí me enorgullece poder ser un puente entre nuestras culturas. Como también me genera mucho placer ser una anfitriona de la Ciudad para turistas extranjeros.

Es también la razón por la cual sin dudarlo adherí y participo activamente como socia en “Marianne”, una asociación franco-argentina de mujeres emprendedoras, nacida hace dos años por iniciativa de la Embajada de Francia. Reúne en la actualidad a 40 integrantes entre directoras de empresas, profesionales independientes, altas funcionarias o responsables de instituciones. El objetivo principal es el de favorecer el desarrollo de las relaciones comerciales entre mujeres con poder de decisión.

Agradezco a la Argentina por haberme permitido trabajar y reconstruir aquí una familia. Y, a pesar de las crisis que pude y puedo volver atravesar tanto en lo personal como en lo profesional, no tengo ninguna duda de que volvería a dejar mi país para radicarme aquí. Es más, estoy pensando seriamente en pedir la nacionalidad argentina.

Fuente. Clarin: http://www.clarin.com/capital_federal/inmigrante-historia-merece-contada_0_664733680.html
VER  
PRENSA

La Nación:

La mujer es la nueva revolución francesa
14/07/2021 leer nota

Clarín:

Igualdad de género: “Retrocedimos decenas de años en cuestiones de derechos de mujeres”
11/05/2021 leer nota

Infobae:

Asociación Marianne y Delphine O: un encuentro franco-argentino con eje en los derechos de la mujer
08/05/2021 leer nota

Alliance Francaice
Instituto francés de Argentina